Aunque WhatsApp puede ser una
herramienta muy útil y valiosa, su abuso puede traer consecuencias negativas en
la vida cotidiana. Pasar muchas horas viviendo en el chat, constantemente
revisando las notificaciones, puede afectar la productividad, concentración y
bienestar emocional. La adicción se inicia porque el uso de la app reduce los
receptores de dopamina en el cerebro.
"Es un problema muy frecuente,
sobre todo en jóvenes. Se trata de la necesidad de mirar, enviar, confirmar si
se ha recibido el mensaje o de la urgencia de responder inmediatamente. La
dependencia proviene de esa inquietud, de esa ansiedad que provoca ver si esos
mensajes enviados han sido leídos y contestados, (observar el doble check
azul)", comentó el médico psiquiatra Emilio Hidalgo en diálogo con República
de Corrientes.
WhatsApp brinda la sensación de
estar siempre conectados y disponibles. La constante disponibilidad puede
generar una sensación de obligación de responder de inmediato a los mensajes,
lo cual puede resultar agotador y adictivo.
Entre los primeros síntomas que un
adicto al WhatsApp tiene se cuentan: olvidar las horas del sueño, su cuidado
personal y hasta su alimentación; además cuando la dependencia avanza, son
presa de los ataques de ansiedad al no poder limitar su uso y se aíslan de sus
familiares, amigos y compañeros de trabajo.
Otros padecimientos que puede tener
un adicto a la app de mensajería instantánea son: las conductas disfóricas,
insomnio, irritabilidad, aburrimiento, soledad, ira y nerviosismo, depresión,
fatiga, alteraciones de concentración o memoria, y el cerebro recibe una
sensación placentera al usar la red.
"Esta atención los desvía del
contexto social, familiar, de amigos y trae consecuencias, por ejemplo:
conflictos, enfrentamientos sociales o familiares, y pérdida de interés en
otras actividades. Además, estrés, cambios del humor, una necesidad de
estar conectados siempre y sentimientos de inquietud o irritabilidad si no se
puede mandar o ver mensajes, o estar sin conexión o no hay wifi, etc.",
explicó Hidalgo.
"Ya desde hace un tiempo la
comunicación por mensajes ha sustituido a la comunicación hablada cuando usamos
nuestro teléfono celular, así sobre todo en personas más jóvenes. Cuando hablan
de que estuvieron hablando por celular, en realidad se refieren a que
estuvieron mandando mensajes por WhatsApp. La comunicación hablada ha sido
sustituida prácticamente por los mensajes de texto, lo que ha generado muchos
problemas como malos entendidos, rupturas, suspicacias acerca de un mensaje,
así como los cambios de fotos y estados en los perfiles de WhatsApp",
detalló el especialista.
Recomendaciones
"Como en todos los casos de
problemas con el celular y las tecnologías, el abuso a esta aplicación pasa por
lograr un uso controlado; no se puede prescindir de él, dado que supone un
excelente medio de comunicación, pero si se debe lograr un uso racional que no
absorba e interfiera con la vida cotidiana", enfatizó el psiquiatra.
"Las primeras sugerencias
tienen que ver con lo que puede hacer cualquier persona con el celular, cuando
más lejos mejor. Mantenerlo en un modo silenciado y no usarlo durante las
comidas o mientras estoy por interactuar con ciertas personas. Silenciar los
grupos y tener el autocontrol suficiente como para poner horarios en los cuales
no me acerco al celular, por ejemplo: en los horarios nocturnos o en los
horarios en los que sé que necesito estudiar. Es decir, si logro este nivel de
autocontrol no voy a necesitar una consulta", enumeró.
Silenciar las notificaciones,
excepto posiblemente las llamadas, puede ayudar a evitar el constante ruido de
redes sociales, correos electrónicos y mensajes de texto. Al colocar el
teléfono en un lugar designado y comprobar las notificaciones por horas, se
puede gradualmente recuperar el control sobre el teléfono y sobre el WhatsApp.
Esto puede resultar difícil al principio, pero con el tiempo se reducirá la
dependencia y se reconocerá que no todas las notificaciones son igualmente
importantes.
Desactivar la función que muestra
si estás en línea puede ser beneficioso para preservar tu privacidad. Esta
medida evita que amigos, colegas o vecinos sepan cuándo estás usando tu móvil y
cuántas veces lo revisás. La opción de desactivar esta función es valiosa para
proteger tu privacidad y mantener tus actividades más reservadas. Aunque puedas
justificarlo como necesidad laboral, en realidad estás salvaguardando tus
momentos de lectura de mensajes sin que otros lo sepan.
Aunque al principio pueda parecer
incómodo, es mejor optar por llamar en lugar de solo escribir mensajes. Las
conversaciones escritas pueden llevar a malentendidos debido a la falta de tono
y contexto.
Llamar es una manera más efectiva
de evitar confusiones y resolver situaciones, ya sean buenas o malas noticias,
acuerdos o simplemente para quedar. La voz y el tono en una llamada son
esenciales para evitar malentendidos y evitar situaciones incómodas o herir a
alguien involuntariamente.
En la Argentina, el tiempo promedio
de uso de un teléfono es de 9 horas y 38 minutos, y se posiciona como el quinto
país que más depende de los celulares.